"Soy un canalla y no me arrepiento de serlo. He mentido, engañado y manipulado a mi antojo sin que me importaran las consecuencias. He destruido sueños y reputaciones, he traicionado a los que me han sido leales, he provocado dolor a aquellos que quisieron ayudarme. He jugado con las esperanzas de quienes pensaron que podrían cambiar lo que soy. Sé lo que hice y siempre supe lo que debí hacer".
Hasta 2004, la por entonces reputada periodista Julia Navarro no había publicado ninguna novela. Pero obtuvo el reconocimiento del público con su debut, "La Hermandad de la Sábana Santa", que triunfó tanto en España como en el extranjero, por lo que desde entonces ha publicado también "La Biblia de barro", "La sangre de los inocentes", "Dime quién soy", y "Dispara, yo ya estoy muerto", con las que ha revalidado su éxito.
Su sexta novela, sin embargo, tiene poco que ver con las anteriores.
Argumento de "Historia de un canalla", una vida alternativa
Tras sufrir un ataque cardíaco, Thomas Spencer siente la cercanía de la muerte. Como consecuencia, en su lujoso apartamento de Brooklyn, evoca su vida, y reflexiona sobre cómo llegó a su situación actual.
A lo largo de los años, y gracias a su falta de escrúpulos, triunfó como publicista y asesor de imagen, en los años 80 y 90, entre Londres y Nueva York. Pero se pregunta qué habría ocurrido si se hubiera enfrentado a cada acontecimiento de otra forma.
Reseña de "Historia de un canalla", la sociedad del egoísmo
Quienes hayan leído las anteriores obras de la autora disfrutarán con su esfuerzo por alejarse al máximo, y construir una novela completamente diferente. Tiene como único punto en común, el esfuerzo de documentación para ofrecer una visión realista de los escenarios, tal como eran hace veinte años.
Como resultado, se trata de un libro con cierta originalidad, narrado en primera persona por el protagonista, que primero describe lo que le ocurrió y después se aventura a imaginar cómo habrían discurrido los hechos, de haber tenido una mayor catadura moral. De esta forma, y también gracias a sus constantes giros, y por la fascinación que ejerce la maldad, el escrito absorbe al lector. Si bien se le puede echar en cara que quizás acaba siendo demasiado extenso (quizás porque se podrían haber suprimido determinados pasajes) al final deja un buen sabor de boca.
También acierta en la descripción de personajes, con unos secundarios bien cuidados, si bien Thomas los oscurece a todos por su complejidad. Habría sido fácil caer en el cliché facilón, pero Julia Navarro le ha dotado de matices, como un producto del resentimiento, que le ha convertido en una persona egoísta y despreciable. Al pertenecer al mundillo de los asesores de imagen, representa la obsesión por las máscaras que rige en la sociedad contemporánea, donde no importa la verdadera naturaleza de las personas, sino la imagen que ofrece ante los demás. Por desgracia, todo lo que cuenta la novela resulta fácil de trasladar a la actualidad.
Por todo esto, se trata de uno de los libros con mayor profundidad de la escritora madrileña, que también parece estudiar las causas de la violencia machista, en los años en los que transcurre la acción, cuando a pesar de los cambios laborales, el sujeto masculino tiene tendencia a controlar a las mujeres.