Haciendo honor a su fama de escritor lento, Richard Ford
(Jackson, 1944) llevaba sin ofrecer a su público una nueva novela desde
"Acción de gracias", última entrega de la imprescindible trilogía
dedicada a Frank Bascombe, tras "El periodista deportivo" y "El
día de la independencia", que data del ya lejano 2006.
En este intervalo han visto la luz dos antologías de relatos,
que sin embargo no calmaron las ansias de los incondicionales del más clásico
de los escritores actuales de su país, junto a Philip Roth y el gran Cormac
McCarthy.
Por fin ha llegado a las librerías "Canadá", que
al parecer el escritor empezó a escribir hace veinte años, pero como no le acababa de
convencer, decidió aplazarla. La novela ha sido publicada en España por Anagrama,
en edición en tapa blanda, de 512 páginas, que ha salido a la venta al precio
de 24,90€.
Sinopsis de
"Canadá", de Richard Ford
El quinceañero Dell Parsons emprende una huída hacia
delante, dejando atrás la residencia familiar de Montana, cuando sus padres son
detenidos por el robo de un banco, y Berner, su hermana gemela, se da a la fuga.
Para huir de los servicios sociales, el chico cruza la frontera con Canadá,
donde espera tener una segunda oportunidad "en una tierra que trata mejor
a sus propios indios" y "cuyo dólar vale más que el nuestro".
En su nuevo país, Dell tratará de seguir adelante con el
apoyo de Arthur Remlinger, un tipo enigmático que no parece digno de fiar.
Crítica de
"Canadá", a la altura de lo esperado
La larga espera hasta la llegada del nuevo volumen de Ford
se ve ampliamente recompensada con un libro que se diría que no tiene nada que
envidiar a sus grandes obras. Lo mejor, la adopción de la primera persona para
narrar el libro desde los ojos del adolescente protagonista, con la suficiente
personalidad propia, pero también deudor de los personajes de Mark Twain o de
Holden Caufield, el chico de "El guardián entre el centeno", creación del
mítico J.D. Salinger.
El libro rebosa frescura, a pesar de que se reconocen las
constantes habituales del autor, como su estilo directo y contundente, y
temáticas como la familia desestructurada, los personajes que tratan de
renacer, y la huída del pasado. Por supuesto, no faltan los acontecimientos que
se encadenan llegando a cobrar una importancia fundamental. Se nota que Ford ha ido adquiriendo una mayor madurez que le permite repasar con otros ojos sus preocupaciones habituales.
El autor recupera una constante de la literatura y el cine
estadounidenses, la posibilidad de cambiar de territorio, dentro del extenso continente americano, para redimirse y tener una segunda oportunidad. También ofrece sólidas
reflexiones sobre la pérdida de la inocencia y iniciación a la vida, el paso
del tiempo y la llegada a la madurez. Reivindica además la necesidad de
recuperar las raíces para confirmar la propia identidad.
"Canadá" se estructura en tres partes muy
heterogéneas, y el argumento mantiene pegado al lector hasta el final, con
impaciencia para atar los cabos sueltos, que finalmente están muy bien
cerrados. Lo mejor, no obstante, no es la trama, sino el costumbrismo, y sus
líricas descripciones de la vida en pequeñas ciudades, y de los paisajes
canadienses.